Iglesias de Venecia

Las iglesias de Venecia se levantan magníficas entre sus puentes y canales. Desde la basílica de San Marcos hasta la basílica de Santa Maria della Salute pasando por la maravillosa y desconocida iglesia de San Sebastián. Descubre aquí las más destacadas y cuáles no puedes dejar de visitar en tu viaje.

Iglesias de Venecia

Las iglesias de Venecia se levantan magníficas entre sus puentes y canales. Desde la basílica de San Marcos hasta la basílica de Santa Maria della Salute pasando por la maravillosa y desconocida iglesia de San Sebastián. Descubre aquí las más destacadas y cuáles no puedes dejar de visitar en tu viaje.

Las iglesias de Venecia son un espejo de la belleza de esta magnífica ciudad. Un recorrido por su arte, historia y gusto por la cultura. También un símbolo de su poder y del auge de la República Veneciana, que dominó el Mediterráneo, sobre todo en lo comercial, durante siglos. En un viaje a Venecia, hay muchas iglesias que merece la pena visitar. Nosotros tenemos nuestras favoritas. ¡Vamos a conocerlas!

Las dos iglesias de Venecia más importantes

El número uno no tiene discusión. Casi incluso de monumentos en general de Venecia, se llevaría la palma. Hablamos de la Basílica de San Marcos, la catedral de Venecia. Una enorme construcción de estilo bizantino situada en la Plaza de San Marcos. Sus cinco cúpulas, sus infinitos mosaicos dorados y la riqueza de su interior dejan perplejo a todo el que la visita.

En segundo lugar, en nuestra opinión, está la basílica de Santa María della Salute. Una magnífica iglesia a orillas del gran canal con una preciosa escalera que la precede y la acerca un poco más al cielo, como una señal de lo divino de su historia con Venecia.

Basílica de Santa Maria dei Frari

La basílica de Santa Maria dei Frari es una de las iglesias de Venecia más grandes… ¡en todos los sentidos! El enorme edificio, con campanario incluido, está repleto de obras de arte. Además, obra de artistas de la magnitud de Tiziano, Bellini o Donatello entre otros. La iglesia es también la última morada de grandes personajes de Venecia como Antonio Canova.

Basílica de San Giorgio Maggiore

La basílica de San Giorgio Maggiore se sitúa en la isla homónima de la ciudad. No sólo es una de las más bonitas, sino que tiene el honor de contar con una de las mejores vistas de Venecia. Desde su campanario, tenemos una vista aérea increíble que apunta directamente a la Plaza de San Marcos. Su arquitecto fue el célebre Palladio, cuya reputación no hizo más que crecer al crear esta increíble iglesia. En su interior podemos admirar obras de Tintoretto.

Iglesias de Venecia: San Sebastián

La iglesia de San Sebastián podría definirse con aquello de ‘no juzgues un libro por su portada’. Con una fachada un poco austera, esta iglesia esconde toda una obra de frescos de nada más y nada menos que Veronese, uno de los mejores pintores italianos del siglo XVI. De hecho, el propio Veronese quiso ser enterrado aquí, donde según él había realizado sus mejores trabajos.

Iglesias de Venecia: Santa María de Nazareth

La iglesia de Santa Maria de Nazareth es uno de los mejores ejemplos del barroco en Venecia. Muy cerca de la Estación de Santa Lucía, es el mejor anfitrión de Venecia, cuya fachada es la primera imagen de muchos visitantes. Llena de color, su interior es uno de los más hermosos de la ciudad.

Basílica dei Santi Giovanni e Paolo

La Basílica dei Santi Giovanni e Paolo nos deja, en este caso, un precioso edificio gótico. Es la sede principal de los dominicos en Venecia y la segunda iglesia más grande. Sólo la Basílica de San Marcos la supera. La plaza que la precede es un escenario tranquilo y precioso, con una estatua ecuestre obra de Verrocchio y la Scuola Grande di San Marco a sus flancos. En su interior hay casi tres decenas de tumbas de dogos (plural de Dux, el máximo mandatario en la antigua Venecia) y se guardan las reliquias de Santa Catalina de Siena.

Basílica de Santa Maria del Rosario

Por último pero no menos importante, está la basílica de Santa María del Rosario. Otra joya del barroco veneciano con una de las fachadas más bonitas de la ciudad. Esta vez, esta maravilla pudo llevarse a cabo gracias a un increíble grupo de trabajo en su construcción y decoración. Giorgio Massari fue el arquitecto y, para embellecer su interior, contó con nombres como Tintoretto, Tiepolo y Morlaiter.